Se trata de un remodelador facial compuesto por partículas de betafosfato tricálcico (β-TCP) suspendidas en un gel de Ácido Hialurónico no reticulado, que tras ser infiltrado en la piel suaviza las arrugas finas de las mejillas y redefine el óvalo facial.
Con el paso del tiempo disminuyen tanto el grosor de la piel como la generación de colágeno, dando lugar a las arrugas y la flacidez facial.
El Beta-Fosfato Tricálcico combate ambos signos de la edad combinando acciones a corto y a largo plazo:
- Acción inmediata: El Ácido Hialurónico del producto causa un efecto tensor instantáneo, gracias a su capacidad rehidratante que aporta tersura y luminosidad a la piel. Este efecto se mantiene entre 4 y 6 semanas.
- Acción progresiva: Las partículas de Beta-Fosfato Tricálcico estimulan los fibroblastos o células responsables de la generación de colágeno y elastina nuevos, consiguiendo así una mejora progresiva y duradera de las estructuras subcutáneas y reduciendo la flacidez del tercio inferior facial.
La rehidratación temprana y la neosíntesis de colágeno producen un rejuvenecimiento facial cuyos resultados se mantienen hasta 12 meses aproximadamente.
Transcurrido este tiempo, las partículas se degradan en forma de moléculas de fosfato y calcio y son reabsorbidas de forma natural por el organismo, a través de procesos metabólicos habituales.
El Beta-Fosfato Tricálcico está especialmente indicado para combatir la flacidez facial de leve a moderada en los tercios medio e inferior del rostro, en pacientes de entre 30 y 55 años, siempre que no presenten:
- Hipersensibilidad o alergia a alguno de sus componentes.
- Infección o inflamación aguda o crónica en la zona de tratamiento.
- Menores de 18 años, embarazadas y lactantes.
- Enfermedades autoinmunes.
El protocolo recomendado para lograr un resultado óptimo en la perdurabilidad del producto es realizar 1 sesión al mes con un mínimo de 3 sesiones consecutivas.
Hay que evitar el tratamiento con anticoagulantes y AINEs (AAS e Ibuprofeno) en los tres días previos a la sesión, con el fin de limitar el riesgo de sangrado y hematomas.