Tratamientos para la Celulitis

¿Qué es la celulitis?

La celulitis provoca una alteración de la estructura y la apariencia de la piel. Esta alteración se debe a la acumulación de grasa en las células grasas, y a su deposición en el tejido intersticial de líquidos y toxinas de forma continua.
En la piel aparece fibrosis, esto produce que se vuelva esponjosa y con hoyuelos, por eso, la celulitis también es conocida como "piel de naranja".

Dependiendo de que tipo de alteración predomine en la aparición de la celulitis, podemos diferenciar tres tipos de celulitis: celulitis adiposa, celulitis edematosa o celulitis fibrosa.

El término celulitis sólo tiene en cuenta el componente inflamatorio (itis=inflamación) del tejido subcutáneo y el tejido adiposo. Sin embargo, este nombre ha sobrevivido a otros posteriores, mucho más descriptivos y explícitos.

En la actualidad la celulitis en realidad es una "dermopaniculosis vasculopática", ya que en su cascada fisiopatológica se ve afectada la piel, el tejido celular subcutáneo y las estructuras vasculares de la zona.

Mantendremos, sin embargo, el término celulitis ya que es el más popularmente conocido.

Debido a que no supone ningún serio riesgo para la salud, la celulitis no es considerada como un peligro potencial para los médicos; sin embargo afecta a la casi totalidad de la población femenina (más del 90%) debido a que está asociada a la presencia de estrógenos y puede provocar serios efectos en la autoestima de la mujer.

 

¿Cómo se forma?

Para comprender la fisiopatología de la celulitis interesa conocer la estructura de la piel y tejido subcutáneo y las diferencias en el varón y la mujer.

Estructura de la piel

La piel es el tejido más grande del organismo está constituida por 3 capas, situadas horizontalmente:

  • Epidermis (capa superficial).
  • Dermis (capa media).
  • Hipodermis o tejido celular subcutáneo (capa profunda).

A estas capas se añaden otras estructuras como pelo, uñas, glándulas sebáceas y glándulas sudoríparas.

La epidermis constituye el estrato superficial o externo de la piel y es una capa de poco espesor. No obstante, es la capa de la piel responsable del aislamiento del resto del organismo frente al exterior, es una capa resistente, las células superficiales de la piel se cornifican para darle mayor resistencia.

Gráfico de la Celulitis - Diferencia entre sexos

La dermis está constituida por tejido conjuntivo laxo compuesto por un estructuras celulares fijas (fibroblastos, entre otras), proteínas fibrosas (colágeno, elastina), sustancia fundamental amorfa (agua, mucopolisacáridos, sales y glicoproteínas) y estructuras celulares migratorias (linfocitos, plasmocitos, leucocitos). Es atravesada por vasos sanguíneos, linfáticos y nervios.

Imagen macroscópica de la dermis

La hipodermis está formada por un tejido conjuntivo laxo constituido por grandes lóbulos de tejido graso (entre 0.5-1.0 cm de tamaño) limitados por tabiques de fibras colágenas delgadas perpendiculares a la superficie (reticulae cutis), escasas fibras elásticas, vasos sanguíneos y linfáticos. Es en esta capa donde residen las alteraciones primarias de la celulitis.

La causa de la diferencia en la aparición de celulitis entre varones y mujeres radica en la distinta disposición de la estructura del tejido subcutáneo entre los sexos.

En las mujeres, los lóbulos de tejido graso de la hipodermis son de gran tamaño y están separados por delgados tabiques de tejido conjuntivo dispuestos de forma perpendicular a la dermis; además, la separación conjuntiva entre la dermis profunda y la hipodermis es irregular y discontinua.

Sin embargo, en el hombre y en las mujeres que no presentan celulitis estos tabiques de fibras conjuntivas son más gruesos y están distribuidos de forma poligonal, asentando sobre una separación dermis-hipodermis de conjuntivo regular y continua.

La presión de los lobulillos de grasa en la piel del varón se refleja en todos los sentidos y sobre todo hacia la base, haciendo que se distribuya de modo más regular, por ello la piel muestra una superficie de relieve homogéneo.

A cambio, la especial conformación de los tabiques fibrosos en la mujer permiten que los lobulillos del tejido graso ejerzan presión contra la superficie de la piel, fruto de lo cual protuyen y alteran su regularidad en la superficie.

Además, las trabéculas o tabiques fibrosos en el caso de la piel con celulitis se endurecen y contraen haciendo que la irregularidad de la piel se intensifique, dando lugar al efecto "capitoné" característico o piel de naranja.

¿Qué fases tiene?

El tejido adiposo evoluciona lentamente hacia la celulitis en distintas fases:

Fase de edema intersticial

Por aumento de la presión intracapilar aparece aumento de la permeabilidad capilar que se traduce en una fuga de líquidos y cursa con edema y retención de líquidos. El exceso de permeabilidad y la inundación intersticial son el origen de una sobrecarga linfática con instalación de edema.

Fase exudativa

El acúmulo de líquidos fuera del espacio vascular se acompaña de escape de proteínas de alto peso molecular al medio intersticial en el tejido conjuntivo.

La hiperpresión intracapilar es responsable de la fragilización de las paredes vasculares, de ahí el aumento de la perturbación de los cambios.

La liberación de sustancias agresivas como la histamina, la serotonina y las prostaglandinas, desencadena las reacciones titulares de tipo inflamatorio.

Fase de fibrosis

Si los excesos de proteínas no son despolimerizados por los macrófagos, hay una estimulación fibroblástica que provoca la formación de una red de fibrina que engloba y comprime a los adipocitos.

Estos adipocitos están hipertrofiados debido a que no pueden realizar adecuadamente los intercambios metabólicos con un intersticio edematizado y embebido en toxinas.

Es por tanto que reaccionan hipertrofiándose (haciéndose de mayor tamaño) y forman así primero micronódulos y posteriormente macronódulos encerrados en fibras conjuntivas resultando identificables por palpación.

Fase de esclerosis

La evolución de los problemas anteriores conduce a situación de endurecimiento y engrosamiento de las estructuras fibrosas, que presentan máxima fibrosis y que suele comprimir terminaciones nerviosas haciendo dolorosa la celulitis y cerrando un círculo vicioso de descompensación vascular y tisular.

¿Cuáles son los factores predisponentes?

Conocido el hecho de que ser de sexo femenino determina, por sí mismo, la aparición de la celulitis, existen otros factores que facilitan su aparición o la empeoran.

Éstos facilitan los procesos fisiopatológicos implicados en la aparición de la celulitis y sus efectos (adiposis, estasis venolinfático y fibrosis).

Factores Congénitos

Las personas con antecedentes de celulitis en las mujeres de su familia tienen una mayor predisposición a padecerla.

Factores Raciales

La celulitis muestra una mayor incidencia en las mujeres de raza blanca (sobre todo de la zona mediterránea) y negra, y menor en la asiática.

Factores Hormonales

Los cambios hormonales propios de situaciones como el embarazo, la menopausia y la toma de anticonceptivos en la mujer favorecen la aparición de celulitis.

Así como otros procesos que cursan con una situación de hiperinsulinemia como Diabetes Mellitus tipo 2, obesidad severa, síndrome de ovario poliquístico.

Algunos cambios hormonales en el varón propios tratamiento antiandrogénico (tratamiento estrogénico para el cáncer de próstata) o procesos que cursan con déficit severo de andrógenos (síndrome de Klinefelter, secuelas de orquitis, castración, etc), tratamiento hormonal con corticoides pueden causar la aparición de celulitis en el paciente masculino.

Factores Vasculares y Linfáticos

La insuficiencia venosa o linfática de cualquier tipo o procesos que se acompañan de edema o causan retención hídrica favorecen la aparición de celulitis.

Otros factores predisponentes para la aparición de celulitis

Otras circustancias como sobrepeso, sedentarismo, estrés y trastornos afectivos, falta de sueño, ropa ajustada, malos hábitos alimentarios ricos en grasas y sal, o dieta demasiado rica en hidratos de carbono, consumo de tabaco y alcohol pueden empeorar la celulitis o acelerar su aparición.

¿Cómo se diagnostica?

Evaluación clínica y localización

La primera aproximación al fenómeno celulítico debe incluir la realización de una exhaustiva historia clínica respecto de la forma y momento de aparición, clínica asociada, y búsqueda de aquellos factores predisponentes de la celulitis.

El diagnóstico fundamental de la celulitis procede de la inspección clínica. Con ella se puede definir el grado, localización, procesos asociados (trastornos posturales, edema, trastornos vasculares, etc.), o establecer un diagnóstico diferencial con otros procesos.

La celulitis asienta preferentemente en las regiones trocanterianas y supratrocanterianas (zona del flotador y cartucheras), en el vientre y nalgas, y en la cara interna de muslos y rodillas. También puede aparecer en la nuca, región deltoidea y cara interna de los brazos.

Cualquiera que sea la etiología, localización y características existen varios síntomas y signos que son característicos de la celulitis: el engrosamiento del tejido y aparición de nódulos (piel de naranja) y el dolor por excesiva tensión tisular.

La inspección directa o mediante el método del pinzamiento del tejido subcutáneo permite establecer una clasificación simple de la celulitis en cuatro estadíos:

Clasificación del grado de celulitis

  • Estadío 0: piel de aspecto normal, no aparición de piel de naranja al pinzamiento.
  • Estadío 1: aparición de piel de naranja exclusivamente al pinzamiento.
  • Estadío 2: piel de naranja de aparición espontánea, pero únicamente por acción de la gravedad (posición ortostática, de pie).
  • Estadío 3: piel de naranja permanente, en cualquier posición (incluso tumbada).

Además, existe otra clasificación según sea la predominancia de uno u otro de los factores etiopatogénicos (infiltración, fibrosis y adiposis),

  • Celulitis infiltrativa (hidrolipodistrofia superficial).
  • Celulitis fibrosa (fibrolipodistrofia superficial).
  • Celulitis adiposa (lipodistrofia superficial).

Evaluación ecográfica

Evaluacion ecográfica

Aunque la ecografía como método diagnostico no es de uso rutinario, en la Unidad de Medicina Estética Corporal de IML, los médicos la se emplea con regularidad. La ecografía resulta de gran utilidad para definir la diferente estructura de la piel en aquellas personas afectas y no afectas, y como método de validación objetivo de la eficacia de los diferentes tratamientos disponibles.

La ecografía de alta frecuencia permite diferenciar el tejido graso de las estructuras cutáneas, musculares y óseas adyacentes, y es capaz de establecer un índice de retención hídrica del tejido.

En lo respectivo a la celulitis es posible diferenciar la importancia relativa de la sobrecarga de grasa, fibrosis y agua del tejido cutáneo explorado; la diferenciación entre los tres tipos de celulitis antes descritos es, por tanto, posible mediante esta técnica.

Las imágenes que se obtienen en mujeres con celulitis revelan un patrón difuso de protrusión o proyección del tejido adiposo subyacente hacia la dermis. El tejido conectivo del límite dermo-hipodérmico se muestra irregular y discontinuo.

Se ha demostrado, además, que el patrón irregular es difuso en las mujeres afectas, no solo está localizado exclusivamente en las zonas afectadas de celulitis.

Otras técnicas complementarias para diagnosticar la celulitis

Termografía

La termografía fue ampliamente utilizada para elaborar un mapa localizador de las áreas de celulitis y para el estudio fisiopatológico de la misma.

Ghis puso de manifiesto un patrón de imagen termográfico de la celulitis con un patrón alternante de manchas hipertérmicas con manchas hipotérmicas en "piel de leopardo" o "mosaico".

Hipólito y col. han definido los diferentes patrones evolutivos de la celulitis en relación con las imágenes termográficas, así como la evaluación de la actividad terapéutica de diferentes tratamientos.

Resonancia magnética

La piel y el tejido graso subcutáneo son muy bien visualizados en las imagines mediante resonancia. Además los cambios percibidos en las zonas de celulitis (protrusión del tejido graso en la dermis) son claramente definidos, y se correlacionan muy bien con el grado de celulitis.

También es capaz de mostrar otros parámetros como el porcentaje de tejido adiposo y conectivo en un volumen determinado de hipodermis y el porcentaje de invaginaciones, que se correlacionan con el grado de celulitis del paciente.


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